Hace ya algunas décadas que pensadores como Piaget o Vygotsky escribían sobre el modo en el que se desarrollaba la cognición en la infancia. En resumen, era necesaria la acción y el movimiento para descubrir y aprender así como las relaciones sociales. El papel del lenguaje en todos estos aprendizajes era esencial desde el desarrollo de las autoinstrucciones pasando por la intención comunicativa y la comunicación con los grupos de iguales y los adultos.

Actualmente se incorpora un nuevo elemento muy necesario para el aprendizaje y la estructuración de la cognición en l@s niñ@s. Este elemento es la emoción. Los pensamientos y los movimientos que realizan para conocer están impregnados de las emociones que les producen y también a través de estos movimientos son capaces de expresar lo que sienten.

La escuela de hoy tiene todos estos factores en cuenta para atender al desarrollo global de su alumnado y en las programaciones, planificamos las actuaciones de Educación Emocional que se llevarán a cabo en nuestras aulas. Así atendemos al niño y/o la niña respetando no sólo su ritmo y momento del desarrollo en el que se encuentra, sino también sus motivaciones, estados de ánimo y capacidad de regular todo ello.

Desde la Pedagogía Terapéutica se hace indispensable conocer todos estos factores de nuestro alumnado y establecer un estrecho lazo con ell@s con el fin de reconducir en todo momento el proceso de enseñanza y aprendizaje e ir mediando para que puedan reconocer sus emociones y tener alternativas a estados emocionales fustrantes o negativos. Así nuestras sesiones pueden comenzar con un… ¿Cómo te sientes?.

(Pictogramas originales de Arasaac)